Löydetty 239 Tulokset: aquellos

  • Por eso, yo, tu servidora, al enterarme de todo esto, escapé de su lado. Y Dios me ha enviado para realizar contigo tales hazañas, que llenarán de asombro en toda la tierra a aquellos que las escuchen, (Judit 11, 16)

  • Y añadió Holofernes: "Dios ha hecho bien en enviarte delante de tu pueblo para que el triunfo esté en nuestras manos y la perdición en aquellos que han menospreciado a mi señor. (Judit 11, 22)

  • Las montañas y las aguas se sacudirán desde sus cimientos, las rocas se derretirán como cera en tu presencia, pero tú siempre te muestras propicio con aquellos que te temen. (Judit 16, 15)

  • En aquellos días, mientras el rey Asuero tenía instalado su trono real en la ciudadela de Susa, (Ester 1, 2)

  • En aquellos días, mientras Mardoqueo ocupaba un puesto en la puerta real, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey que custodiaban la entrada, estaban descontentos y planeaban un atentado contra el rey Asuero. (Ester 2, 21)

  • Por eso a aquellos días se los llamó "Purím", de la palabra "Pur". De acuerdo con el contenido de aquella carta, y por lo que habían visto y les había sucedido, (Ester 9, 26)

  • La sequía y el calor consumen las aguas de la nieve, y el Abismo arrebata a aquellos que pecaron. (Job 24, 19)

  • mi destino está en tus manos". Líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. (Salmos 31, 16)

  • su misma lengua los lleva a la ruina, y aquellos que los ven mueven la cabeza. (Salmos 64, 9)

  • Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan: (Salmos 86, 5)

  • "Contaré a Egipto y a Babilonia entre aquellos que me conocen; filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella". (Salmos 87, 4)

  • Yo tengo mi lecho entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, como aquellos en los que tú ya ni piensas, porque fueron arrancados de tu mano. (Salmos 88, 6)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina