Löydetty 239 Tulokset: aquellos
Que así retribuya el Señor a mis acusadores, a aquellos que me calumnian. (Salmos 109, 20)
está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad. (Salmos 145, 18)
José, hijo de Zacarías, y Azarías, jefes del ejército, al oír las proezas y combates que aquellos habían llevado a cabo, (I Macabeos 5, 56)
Pero ellos no pertenecían a la estirpe de aquellos hombres a quienes estaba confiada la salvación de Israel. (I Macabeos 5, 62)
En aquellos días, el hambre asoló el país y la gente se puso de parte de ellos. (I Macabeos 9, 24)
y Báquides partió con un gran ejército. Mientras tanto, envió instrucciones secretas a todos sus aliados de Judea para que se apoderaran de Jonatán y de sus amigos, pero aquellos no pudieron hacerlo porque sus planes fueron descubiertos. (I Macabeos 9, 60)
Todos aquellos que por una deuda al Tesoro real o por cualquier otra causa se refugien en el Templo de Jerusalén o en alguna de sus dependencias, quedarán absueltos, ellos con las posesiones que tengan en mi reino. (I Macabeos 10, 43)
En aquellos días Simón acampó frente a Gázara y la sitió con sus tropas. Fabricó una torre móvil de asalto y la acercó a la ciudad; así embistió uno de los baluartes y lo tomó. (I Macabeos 13, 43)
Los enemigos desaparecieron del país y en aquellos días fueron derrotados los reyes. (I Macabeos 14, 13)
Al cabo de muchos años, cuando Dios así lo dispuso, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó a los descendientes de aquellos sacerdotes que habían ocultado el fuego que fueran a buscarlo. (II Macabeos 1, 20)
Reúne a aquellos de nosotros que están dispersos, concede la libertad a los que están esclavizados entre las naciones, mira con bondad a los desheredados y despreciados, para que los paganos reconozcan que tú eres nuestro Dios. (II Macabeos 1, 27)
En una audiencia con el rey, Apolonio lo puso al tanto de las riquezas que la habían sido denunciadas, y el rey designó a Heliodoro, su encargado de negocios, y lo envió con la orden de incautarse de aquellos tesoros. (II Macabeos 3, 7)