Löydetty 171 Tulokset: Bienes

  • Que Dios te exalte para siempre, favoreciéndote con sus bienes. Porque no vacilaste en exponer tu vida, al ver la humillación de nuestro pueblo, sino que has conjurado nuestra ruina, procediendo resueltamente delante de nuestro Dios". Y todo el pueblo añadió: "¡Amén! ¡Amén!". (Judit 13, 20)

  • Pasado este tiempo, cada uno regresó a su herencia. Judit, por su parte, volvió a Betulia y siguió administrando sus bienes. Ella se hizo célebre en su tiempo por todo el país. (Judit 16, 21)

  • La casa de Israel estuvo de duelo por ella durante siete días. Antes de morir había repartido sus bienes entre los parientes de su esposo Manasés y entre sus propios parientes. (Judit 16, 24)

  • Luego los mensajeros llevaron estos documentos a todas las provincias del rey, con la orden de exterminar, matar y eliminar a todos los judíos, jóvenes y viejos, mujeres y niños, y de confiscar sus bienes. Esto debía hacerse en un mismo día, el día trece del duodécimo mes, es decir, el mes de Adar. (Ester 3, 13)

  • En dichos documentos, el rey facultaba a los judíos, en cualquier ciudad donde estuvieran, a reunirse y defender sus vidas, a destruir, matar y eliminar, incluyendo a los niños y mujeres, a toda la gente armada de cualquier provincia o pueblo que los atacaran, y también a saquear sus bienes. (Ester 8, 11)

  • Yo nunca les dije: "Denme algo, regálenme una parte de sus bienes; (Job 6, 22)

  • Y aunque él llenaba sus casas de bienes, el designio de los malvados seguía lejos de él. (Job 22, 18)

  • Feliz el que tú eliges y atraes para que viva en tus atrios: ¡que nos saciemos con los bienes de tu Casa, con los dones sagrados de tu Templo! (Salmos 65, 5)

  • Tú coronas el año con tus bienes, y a tu paso rebosa la abundancia; (Salmos 65, 12)

  • Porque el Señor es sol y escudo; el Señor da la gracia y la gloria, y no niega sus bienes a los que proceden con rectitud. (Salmos 84, 12)

  • El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. (Salmos 85, 13)

  • él colma tu vida de bienes, y tu juventud se renueva como el águila. (Salmos 103, 5)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina