Löydetty 171 Tulokset: Bienes

  • Llénalo de presentes tomados de tu ganado menor, de tu era y de tu lagar, haciéndolo partícipe de los bienes con que el Señor, tu Dios, te bendiga. (Deuteronomio 15, 14)

  • Y comerá una porción igual a la de ellos, además de lo que obtenga por la venta de sus bienes patrimoniales. (Deuteronomio 18, 8)

  • Luego te regocijarás por todos los bienes que él te concede, a ti y a tu casa, y también se alegrarán el levita y el extranjero que viven contigo. (Deuteronomio 26, 11)

  • El Señor te dará sobreabundancia de bienes en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo, de la tierra que él te da, porque así lo juró a tus padres. (Deuteronomio 28, 11)

  • El que sea sorprendido en posesión de los objetos condenados al exterminio, será quemado con todos sus bienes porque ha quebrantado la alianza del Señor y ha cometido una infamia en Israel". (Josué 7, 15)

  • Partí llena de bienes y el Señor me hace volver sin nada. ¿Por qué me siguen llamando Noemí, si el Señor da testimonio contra mí y el Todopoderoso me ha hecho desdichada?". (Rut 1, 21)

  • Díganle: ‘¡Salud! ¡Paz para ti, paz para tu casa y para todos tus bienes! (I Samuel 25, 6)

  • Entre tanto, David pensaba: "En vano he protegido todo lo que este tenía en el desierto, sin que se le perdiera ninguno de sus bienes. Él me ha devuelto mal por bien. (I Samuel 25, 21)

  • que no tengas que sentir turbación ni remordimiento de conciencia, por haber derramado sangre sin motivo y por haberte hecho justicia por ti mismo. Y cuando el Señor te colme de bienes, acuérdate de tu servidora". (I Samuel 25, 31)

  • Cuando informaron a David: "El Señor ha bendecido a la familia de Obededóm y todos sus bienes a causa del Arca de Dios", David partió e hizo subir el Arca de Dios desde la casa de Obededóm a la Ciudad de David, con gran alegría. (II Samuel 6, 12)

  • Ahora, Señor, tú eres Dios, tus palabras son leales y has prometido estos bienes a tu servidor. (II Samuel 7, 28)

  • El rey dijo a Sibá: "Desde ahora te pertenecen todos los bienes de Meribaal". Sibá respondió: "¡A tus pies! ¡Quiera mi señor, el rey, dispensarme siempre su favor!". (II Samuel 16, 4)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina