Salmos, 36
2. El delito habla interiormente al criminal: "No temo a Dios ni en su propia cara".
2. El delito habla interiormente al criminal: "No temo a Dios ni en su propia cara".
“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina