Salmos, 28
7. El Señor es mi fortaleza, él es mi escudo; mi corazón confió en él, y él me socorrió; me alegro de todo corazón y le doy gracias cantando.
7. El Señor es mi fortaleza, él es mi escudo; mi corazón confió en él, y él me socorrió; me alegro de todo corazón y le doy gracias cantando.
“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina