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  • Por entonces Jeremías andaba con libertad en medio del pueblo, pues todavía no había sido encarcelado. (Jeremías 37, 4)

  • Estando todavía Jeremías recluido en el patio de la guardia, le había sido dirigida la palabra de parte del Señor en estos términos: (Jeremías 39, 15)

  • Al día siguiente del asesinato de Godolías, del cual todavía nadie estaba enterado, (Jeremías 41, 4)

  • Y, sin embargo, hoy es el día en que todavía no han sentido arrepentimiento ni temor alguno, ni han procedido con arreglo a mi ley y mis preceptos, que yo promulgué a vosotros y a vuestros padres. (Jeremías 44, 10)

  • Rogad también por nosotros al Señor Dios nuestro, porque hemos pecado contra él y todavía hoy no se ha retirado de nosotros la indignación y la ira del Señor. (Baruc 1, 13)

  • Y aquí estamos todavía en nuestro destierro, donde tú nos dispersaste para que fuésemos oprobio, maldición, condenación por todas las injusticias de nuestros padres, que se apartaron del Señor Dios nuestro. (Baruc 3, 8)

  • y de estos mismos tomarás todavía unos pocos, los echarás al fuego y los quemarás en él. De aquí saldrá el fuego. Y dirás a toda la casa de Israel: (Ezequiel 5, 4)

  • Y continuó: "Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las acciones nefastas que la casa de Israel comete en este lugar para alejarme de mi santuario? Pues todavía verás acciones más nefastas". (Ezequiel 8, 6)

  • Y añadió: "Verás todavía acciones nefastas peores que éstas". (Ezequiel 8, 13)

  • Y me dijo: "¿Has visto, hijo de hombre? Pues todavía has de ver acciones nefastas peores que éstas". (Ezequiel 8, 15)

  • Sin embargo, todavía preservaré a algunos de ellos de la espada, del hambre y de la peste, para que cuenten entre las gentes donde sean dispersados todas las nefastas acciones que cometieron. Y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 12, 16)

  • No, se echa al fuego para que lo consuma: el fuego consume sus dos extremos, y el centro queda quemado; ¿acaso es útil todavía para alguna obra? (Ezequiel 15, 4)


“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina