Fundar 310 Resultados para: profeta Eliseo

  • Pero Josafat preguntó: "¿No habrá aquí algún profeta del Señor, para consultar al Señor por su medio?". Uno de los servidores del rey de Israel dijo: "Aquí está Eliseo, el hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías". (II Reyes 3, 11)

  • Y Josafat dijo: "Con él está la palabra del Señor". El rey de Israel, Josafat y el rey de Edón fueron a ver a Eliseo. (II Reyes 3, 12)

  • Eliseo dijo al rey de Israel: "¿Qué tengo que ver yo contigo? Vete a consultar a los profetas de tu padre y a los de tu madre". Pero el rey de Israel repuso: "Es que el Señor nos ha reunido a tres reyes para entregarnos en manos de Moab". (II Reyes 3, 13)

  • Eliseo dijo: "Vive el Señor todopoderoso, a quien adoro, que si no fuese en atención a Josafat, rey de Judá, no te haría caso ni te miraría. (II Reyes 3, 14)

  • Traedme un arpista". Y, mientras el arpista tañía el arpa, la mano del Señor fue sobre Eliseo, (II Reyes 3, 15)

  • Una mujer, esposa de un discípulo de los profetas, fue a lamentarse a Eliseo: "Mi marido ha muerto. Tú bien sabes que tu siervo era temeroso del Señor. Pues bien, el acreedor ha venido a llevarse mis dos hijos como esclavos". (II Reyes 4, 1)

  • Eliseo le dijo: "¿Qué puedo hacer por ti? Dime: ¿qué tienes en casa?". Ella respondió: "Sólo tengo una orza de aceite". (II Reyes 4, 2)

  • Ella dejó a Eliseo, y se cerró en casa con sus hijos; éstos le presentaban las vasijas, y ella las llenaba. (II Reyes 4, 5)

  • Un día Eliseo pasaba por Sunán. Vivía allí una mujer distinguida, que le invitó con insistencia a comer. Y en adelante, siempre que pasaba, se paraba allí a comer. (II Reyes 4, 8)

  • Un día llegó Eliseo, se retiró al aposento y se acostó. (II Reyes 4, 11)

  • Eliseo ordenó a su criado: "Dile: Nos estás prodigando toda clase de cuidados; ¿qué podría hacer por ti? ¿Tienes alguna solicitud que elevar al rey o al jefe del ejército?". Ella respondió: "En medio de mi pueblo vivo". (II Reyes 4, 13)

  • Eliseo dijo: "¿Qué podríamos hacer por ella?". Guejazí respondió: "¡No tiene hijos y su marido es ya viejo!". (II Reyes 4, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina