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  • Saúl y sus hombres iban por un lado de la montaña, y David y los suyos por el otro. David se daba prisa para escapar de Saúl, y Saúl y sus hombres intentaban pasar al lado de David y de sus hombres para apoderarse de ellos. (I Samuel 23, 26)

  • Entonces llegó un mensajero y dijo a Saúl: "Ven, date prisa, pues los filisteos han invadido el país". (I Samuel 23, 27)

  • Entonces dijo David a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: "Levantaos y huyamos, porque no podremos escapar de Absalón. Daos prisa a salir, no sea que venga a toda prisa, nos sorprenda, haga caer sobre nosotros el mal y pase la ciudad a filo de espada". (II Samuel 15, 14)

  • Pero les vio un joven y se lo comunicó a Absalón. Entonces los dos, caminando de prisa, llegaron a Bajurín, a casa de un hombre que tenía una cisterna en el patio, y allí se metieron. (II Samuel 17, 18)

  • y Necó mandó a decirle: "¿Qué tengo yo que ver contigo, rey de Judá? No es contra ti contra quien voy; es contra otra nación con la que estoy en guerra, y Dios me ha dicho que me dé prisa. No te opongas a Dios, que está conmigo, no sea que te destruya". (II Crónicas 35, 21)

  • a toda prisa buscaría un refugio contra la tempestad y contra el viento. (Salmos 55, 9)

  • me doy prisa y no pierdo un instante en guardar tus mandamientos; (Salmos 119, 60)

  • Date prisa, Señor, respóndeme, que me falta el aliento; no me escondas tu rostro, como a los que bajan a la tumba. (Salmos 143, 7)

  • Porque se decía: "Démonos prisa a hacer las paces con él antes que las haga con Alejandro contra nosotros, (I Macabeos 10, 4)

  • Riqueza adquirida de prisa se desvanece, pero el que la reúne poco a poco la aumenta. (Proverbios 13, 11)

  • de los que dicen: Que se dé prisa, que acelere su obra para que la veamos, que se presenten y que se realicen los planes del Santo de Israel para que los conozcamos. (Isaías 5, 19)

  • Tus constructores se dan prisa, y se van los que te destruyeron y te arrasaron. (Isaías 49, 17)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina