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poned mañana fuego en ellos, y sobre el fuego, incienso ante el Señor; aquel a quien elija el Señor, ése será consagrado. ¡Y basta ya, hijos de Leví!". (Números 16, 7)
Tomad cada uno vuestro incensario, poned en él el incienso y llegaos ante el Señor con vuestro incensario: 250 incensarios. Tú y Aarón, llegaos también con vuestro incensario". (Números 16, 17)
Poned atención y haced lo que el Señor os manda. No os desviéis a derecha ni a izquierda. (Deuteronomio 5, 32)
Guardad con cuidado y poned en práctica todos los mandamientos que hoy os prescribo para que viváis, os multipliquéis y entréis a poseer la tierra que el Señor juró a vuestros padres. (Deuteronomio 8, 1)
Guardad y poned por obra todo lo que yo os ordeno, sin añadir ni quitar nada. (Deuteronomio 13, 1)
En caso de lepra, observad con exactitud y poned en práctica todo lo que os han enseñado los sacerdotes levitas. Procurad cumplir todo lo que yo les he ordenado. (Deuteronomio 24, 8)
Cuando los llevaron ante Josué, éste llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los jefes del ejército que le habían acompañado: "Acercaos y poned vuestros pies sobre el cuello de estos reyes". Se acercaron y lo hicieron. (Josué 10, 24)
Pero poned sumo empeño en cumplir los mandamientos y la ley que os mandó Moisés, siervo del Señor, en amar al Señor, vuestro Dios, seguir sus caminos, observar sus mandamientos, permanecer unidos a él y en servirlo con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma". (Josué 22, 5)
Tomad el arca del Señor y ponedla sobre el carro. Poned en un cofre junto a ella los objetos de oro que le dais en ofrenda de reconciliación, y dejadla andar. (I Samuel 6, 8)
Entonces Samuel dijo a todo el pueblo de Israel: "Si os convertís al Señor de todo corazón, quitad de en medio de vosotros los dioses extranjeros y las astartés; poned vuestros corazones en el Señor y servidle a él solo; entonces el Señor os librará de la mano de los filisteos". (I Samuel 7, 3)
Decía en ella: "Poned a Urías en el punto en que más recia sea la batalla; y después dejadle solo para que sea herido y muera". (II Samuel 11, 15)
Después de sepultarlo, dijo a sus hijos: "Cuando yo me muera, me enterraréis en la sepultura en que el hombre de Dios está enterrado; poned mis huesos junto a los suyos, (I Reyes 13, 31)