Fundar 842 Resultados para: pan

  • El Faraón impuso a José el nombre de Zafnat Panéaj y le dio por mujer a Asenat, hija de Putifar, sacerdote de On. José recorrió todo Egipto. (Génesis 41, 45)

  • comenzaron a venir los siete años de hambre, como José había dicho. Hubo hambre en todos los países, pero en Egipto había pan. (Génesis 41, 54)

  • Cuando se sintió el hambre en Egipto, el pueblo clamó al Faraón pidiendo pan. Y el Faraón dijo a todos los egipcios: "Id a José y haced lo que él os diga". (Génesis 41, 55)

  • Él les mandaba desde su mesa las porciones, y la porción de Benjamín era cinco veces mayor que la de todos los otros. Así bebieron y se alegraron en su compañía. (Génesis 43, 34)

  • Envió a su padre diez asnos cargados con lo mejor de la tierra de Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y comida para el camino. (Génesis 45, 23)

  • Por entonces no había pan en el país, pues el hambre se había agravado en extremo. Egipto y Canaán desfallecían de hambre. (Génesis 47, 13)

  • En Egipto y Canaán se acabó el dinero. Todos los egipcios se llegaron a José diciéndole: "Danos pan; ¿es que vamos a morir ante tus ojos porque no tenemos ya dinero?". (Génesis 47, 15)

  • Ellos trajeron a José sus ganados, y les dio alimentos a cambio de caballos, ovejas, bueyes y asnos... Así todo aquel año les proveyó de pan a cambio de ganados. (Génesis 47, 17)

  • ¿Por qué habremos de perecer ante tus ojos nosotros y nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y a nuestras tierras a cambio de pan. Seremos esclavos del Faraón nosotros y nuestras tierras, pero danos simiente para que podamos vivir y no muramos y para que nuestras tierras no queden desoladas". (Génesis 47, 19)

  • Aser abunda en pan exquisito, manjar de reyes proporciona. (Génesis 49, 20)

  • José, después de haber sepultado a su padre, volvió a Egipto con sus hermanos y con todos los que le habían acompañado a sepultar a su padre. (Génesis 50, 14)

  • Esa misma noche comeréis la carne asada al fuego, con panes sin levadura y hierbas amargas. (Exodo 12, 8)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina