Fundar 949 Resultados para: organización del servicio en el templo
¿Qué relación hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templos del Dios vivo. Como dijo Dios: Habitaré y caminaré en medio de ellos, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (II Corintios 6, 16)
He aceptado dinero de otras iglesias, con la impresión de que les estaba explotando, para estar a vuestro servicio. (II Corintios 11, 8)
en el que todo el edificio, perfectamente ensamblado, se levanta para convertirse en un templo consagrado al Señor; (Efesios 2, 21)
Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me ha fortalecido y me ha juzgado digno de confianza llamándome a su servicio (I Timoteo 1, 12)
¿No son todos ellos espíritus encargados de un ministerio, enviados al servicio de aquéllos que deben heredar la salvación? (Hebreos 1, 14)
Porque Dios no es injusto como para olvidar vuestras buenas obras y el amor que habéis demostrado hacia su nombre en el servicio que habéis prestado y seguís prestando a los creyentes. (Hebreos 6, 10)
Los días restantes de su vida mortal estarán al servicio no de las pasiones humanas, sino de la voluntad de Dios. (I Pedro 4, 2)
Que cada cual ponga al servicio de los demás los dones que haya recibido como corresponde a buenos administradores de los distintos carismas de Dios; (I Pedro 4, 10)
el que tenga el don de la palabra, que use de él como el que comunica palabras de Dios; el que presta un servicio que lo haga como mandatario de Dios de manera que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo al cual se debe la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. (I Pedro 4, 11)
Conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio, tu constancia; tus últimas obras son más numerosas que las primeras. (Apocalipsis 2, 19)
Al vencedor, al que permanezca fiel a mi servicio hasta el fin, le daré poder sobre las naciones, (Apocalipsis 2, 26)
Al vencedor le haré columna del templo de mi Dios, y no saldrá más; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios -la nueva Jerusalén, que baja del cielo de junto a mi Dios- y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3, 12)