Fundar 304 Resultados para: madre

  • Tenía veinticinco años cuando subió al trono, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yeoadán, de Jerusalén. (II Reyes 14, 2)

  • Tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yecolía, de Jerusalén. (II Reyes 15, 2)

  • Tenía veinticinco años cuando subió al trono, y reinó dieciséis años en Jerusalén. Su madre, hija de Sadoc, se llamaba Yerusá. (II Reyes 15, 33)

  • Tenía veinticinco años cuando subió al trono, y reinó veintinueve años en Jerusalén. Su madre se llamaba Abi, y era hija de Zacarías. (II Reyes 18, 2)

  • Manasés tenía doce años cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco. Su madre se llamaba Jefsibá. (II Reyes 21, 1)

  • Amón tenía veintidós años cuando subió al trono, y reinó dos años en Jerusalén. Su madre se llamaba Mesulémet, hija de Jarús, de Yotbá. (II Reyes 21, 19)

  • Josías tenía ocho años cuando subió al trono, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yedidá, hija de Adaya, de Boscat. (II Reyes 22, 1)

  • Joacaz tenía veintitrés años cuando subió al trono, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal, hija de Jeremías, de Libná. (II Reyes 23, 31)

  • Joaquín tenía veinticinco años cuando subió al trono, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Zebida, hija de Pedayas, de Rumá. (II Reyes 23, 36)

  • Jeconías tenía dieciocho años cuando subió al trono, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, de Jerusalén. (II Reyes 24, 8)

  • Entonces Jeconías, rey de Judá, salió al encuentro del rey de Babilonia, él y su madre, sus cortesanos, sus magnates y sus eunucos. Y el rey de Babilonia los capturó al año octavo de su reinado. (II Reyes 24, 12)

  • Llevó cautivos a Babilonia a Jeconías y a la madre del rey, a sus mujeres, a sus eunucos y a los nobles del país. (II Reyes 24, 15)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina