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  • nación grande, numerosa y de alta estatura, como los anaquitas. El Señor los destruyó ante los amonitas, que los echaron y se establecieron en su lugar; (Deuteronomio 2, 21)

  • lo mismo hizo con los hijos de Esaú, que vivían en Seír: El Señor exterminó a los hurritas, y ellos los echaron y se establecieron en su lugar hasta el día de hoy. (Deuteronomio 2, 22)

  • También los heveos, que habitaban en aldeas hasta Gaza, se vieron destruidos por los caftoritas, venidos de Caftor, los cuales se establecieron en su lugar). (Deuteronomio 2, 23)

  • Acuérdate no lo olvides: tú irritaste al Señor, tu Dios, en el desierto; desde el día en que saliste de Egipto hasta el día de vuestra entrada en este lugar habéis sido rebeldes al Señor. (Deuteronomio 9, 7)

  • todo lo que ha hecho por vosotros en el desierto hasta que habéis llegado a este lugar; (Deuteronomio 11, 5)

  • sino que vendréis a buscarle al lugar elegido por él entre todas las tribus, para poner allí su nombre y habitar en él; (Deuteronomio 12, 5)

  • ya que todavía no habéis entrado en el lugar tranquilo que el Señor, tu Dios, te va a dar en posesión. (Deuteronomio 12, 9)

  • y llevaréis al lugar que el Señor, vuestro Dios, haya elegido para hacer habitar en él su nombre, todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y vuestras contribuciones y todas las cosas selectas que hayáis prometido al Señor. (Deuteronomio 12, 11)

  • Guárdate de ofrecer holocaustos en cualquier lugar sagrado que veas. (Deuteronomio 12, 13)

  • Solamente en el lugar elegido por el Señor, tu Dios, en una de las tribus, podrás ofrecer tus holocaustos y hacer allí todo lo que yo te ordeno. (Deuteronomio 12, 14)

  • sino que lo comerás en presencia del Señor, tu Dios, en el lugar escogido por él, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva y el levita que habita contigo. Allí te regocijarás ante el Señor, tu Dios, por el éxito de tus empresas. (Deuteronomio 12, 18)

  • Si el lugar elegido por el Señor, tu Dios, para hacer habitar allí su nombre se encuentra distante, podrás matar del ganado mayor o menor que el Señor te haya dado, según lo que te he prescrito, y comer dentro de tu residencia lo que te apetezca. (Deuteronomio 12, 21)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina