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Llegó un huésped a casa del rico, y éste no quiso tomar de sus ovejas ni de sus bueyes para dar de comer al huésped. Robó la corderilla del hombre pobre y se la sirvió a su huésped". (II Samuel 12, 4)
Todavía estaban de camino, cuando llegó a David este rumor: "Absalón ha matado a todos los hijos del rey; no ha quedado ni uno solo". (II Samuel 13, 30)
Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del mismo clan de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Salía profiriendo maldiciones. (II Samuel 16, 5)
Jusay, el arquita, amigo de David, llegó junto a Absalón, y le dijo: "¡Viva el rey! ¡Viva el rey!". (II Samuel 16, 16)
Cuando David llegó a Majanayín, Sobí, hijo de Najás, de Rabá de los amonitas, y Maquir, hijo de Amiel, de Lodebar, y Barzilay, el galaadita de Roguelín, (II Samuel 17, 27)
Pero el hombre respondió a Joab: "Aunque me dieras mil monedas de plata, no pondría mi mano sobre el hijo del rey; porque llegó a nuestros oídos la orden que te dio el rey, lo mismo que a Abisay y a Itay, de que se respetara al joven Absalón. (II Samuel 18, 12)
Entonces llegó el cusita y dijo: "Reciba mi señor, el rey, estas buenas noticias. El Señor te ha hecho justicia librándote de todos aquellos que se habían levantado contra ti". (II Samuel 18, 31)
Esto que se decía en todo Israel llegó a oídos del rey. Entonces David mandó decir a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: "Decid a los ancianos de Judá: ¿Por qué sois vosotros los últimos en hacer que el rey vuelva a su palacio? (II Samuel 19, 12)
El rey volvió y llegó al Jordán. Judá venía a Guilgal para ir al encuentro del rey y ayudarle a pasar el Jordán. (II Samuel 19, 16)
Cuando llegó de Jerusalén ante el rey, éste le preguntó: "¿Por qué no viniste conmigo, Meribaal?". (II Samuel 19, 26)
Cuando estaban junto a la gran piedra que hay en Gabaón, llegó Amasá frente a ellos. Joab iba vestido con uniforme militar y llevaba al costado una espada envainada. La espada se le salió y se cayó. (II Samuel 20, 8)
Sebá recorrió todas las tribus de Israel y llegó a Abel Bet Maacá; todos los bicritas se reunieron y le siguieron. (II Samuel 20, 14)