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  • porque todas las naciones han bebido el vino de su ardiente lujuria, los reyes de la tierra han adulterado con ella y los comerciantes de la tierra se han enriquecido por su lujo desenfrenado. (Apocalipsis 18, 3)

  • por eso en un solo día lloverán sobre ella las plagas, la muerte, el duelo y el hambre; ella será consumida por el fuego, porque es un poderoso señor el Dios que la ha condenado. (Apocalipsis 18, 8)

  • mercancías de oro y de plata, de piedras preciosas y de perlas, de lino y de púrpura, de seda y de escarlata; toda clase de maderas olorosas, objetos de marfil, de maderas preciosas, de bronce, de hierro y de mármol; (Apocalipsis 18, 12)

  • ¡Ay, ay de la gran ciudad, que estaba vestida de lino, de púrpura y escarlata, adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, (Apocalipsis 18, 16)

  • Y ya no se oirán en ti las voces de los citaristas, de los músicos, de los flautistas y de los trompeteros; y no se volverá a encontrar en ti artífice de cualquier arte; ni se oirá más el ruido de la muela; (Apocalipsis 18, 22)

  • la luz de la lámpara ya no brillará en ti, ni se oirá jamás en ti la voz del esposo y de la esposa, porque tus comerciantes eran los grandes de la tierra y tus sortilegios han seducido a todas las naciones; (Apocalipsis 18, 23)

  • Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes cayeron de rodillas y adoraron a Dios, que está sentado sobre el trono, diciendo: Amén. ¡Aleluya! (Apocalipsis 19, 4)

  • Gocémonos y alegrémonos, y démosle gloria; porque han llegado las bodas del cordero, su esposa está ya preparada, (Apocalipsis 19, 7)

  • Y el ángel me dijo: "Dichosos los invitados al banquete de las bodas del cordero". Y añadió: "Estas palabras de Dios dicen la verdad". (Apocalipsis 19, 9)

  • De su boca sale una espada afilada para herir a las naciones; él las regirá con vara de hierro; él pisa el lagar del vino de la ardiente ira del Dios todopoderoso. (Apocalipsis 19, 15)

  • Después vi un ángel puesto de pie en el sol, que gritó con voz potente a todas las aves que volaban en el cielo: "Venid y reuníos para el gran banquete de Dios, (Apocalipsis 19, 17)

  • Pero la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta, que con sus prodigios ante la otra bestia había seducido a los que llevaban la marca de la bestia y habían adorado su estatua. Y fueron arrojadas vivas las dos a un estanque de fuego, de azufre ardiente. (Apocalipsis 19, 20)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina