Fundar 479 Resultados para: historia de esau y jacob

  • Anunciad esto en la casa de Jacob, hacedlo saber en Judá; decid: (Jeremías 5, 20)

  • No es así la porción de Jacob, porque él ha formado el universo y la tribu de su heredad es Israel; su nombre es Señor omnipotente. (Jeremías 10, 16)

  • Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, sobre los pueblos que tu nombre no invocan, porque han devorado a Jacob, lo han consumido y han devastado su morada. (Jeremías 10, 25)

  • ¡Ay! Porque es grande este día y ningún otro lo iguala. Tiempo de angustia para Jacob, pero del que será liberado. (Jeremías 30, 7)

  • Y tú, siervo mío Jacob, no temas -dice el Señor-; no te espantes, Israel; yo te sacaré de tierras lejanas, y a tu descendencia, del país de su destierro. Jacob volverá a vivir tranquilo y en paz, sin que nadie lo inquiete. (Jeremías 30, 10)

  • Esto dice el Señor: Yo restableceré las tiendas de Jacob, tendré compasión de sus moradas. Será reedificada la ciudad sobre sus ruinas, y el palacio se elevará en su antiguo lugar. (Jeremías 30, 18)

  • Esto dice el Señor: ¡Gritad de gozo por Jacob, aclamad a la primera de las naciones! ¡Publicad, alabad, decid: El Señor ha librado a su pueblo, al resto de Israel! (Jeremías 31, 7)

  • Sí, el Señor ha reivindicado Jacob, lo ha librado de una mano más fuerte. (Jeremías 31, 11)

  • jamás rechazaré a la descendencia de Jacob y de David, mi siervo, ni dejaré de tomar de sus descendientes príncipes que gobiernen la posteridad de Abrahán, de Isaac y de Jacob. Pues voy a cambiar su suerte y a tener piedad de ellos. (Jeremías 33, 26)

  • Y tú no temas, siervo mío Jacob; ni tiembles, Israel. Mira, yo te libraré de tierras lejanas, y a tu descendencia de su país de exilio. Jacob volverá a vivir en paz y en seguridad, sin que nadie lo inquiete. (Jeremías 46, 27)

  • No, no temas, siervo mío Jacob -dice el Señor-, porque yo estoy contigo. Aniquilaré a todas las naciones donde te he dispersado; pero a ti no te exterminaré, aunque te castigaré como mereces y no te dejaré pasar nada. (Jeremías 46, 28)

  • Huid, volved la espalda, refugiaos en sitios escondidos, habitantes de Dedán; pues voy a traer sobre Esaú su ruina, la hora de su castigo. (Jeremías 49, 8)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina