Fundar 477 Resultados para: espíritu contrito

  • Hermanos míos, ya que tenemos estas promesas, purifiquémonos de todo lo que mancha el cuerpo o el espíritu, perfeccionando nuestra consagración en el temor de Dios. (II Corintios 7, 1)

  • Porque si alguno viene a predicaros otro Jesucristo diferente del que yo os he predicado, o si recibís otro Espíritu diferente del que habéis recibido, u otro evangelio que el que abrazasteis, lo aceptáis con gusto. (II Corintios 11, 4)

  • Conozco a un hombre, un cristiano, que hace catorce años -en cuerpo o en espíritu, no lo sé, Dios lo sabe- fue arrebatado hasta el tercer cielo. (II Corintios 12, 2)

  • Y sé que este hombre -en cuerpo o en espíritu, no lo sé, Dios lo sabe- (II Corintios 12, 3)

  • Pedí a Tito que fuera, y envié con él a un hermano. ¿Es que os explotó Tito? ¿No es más cierto que procedemos con el mismo espíritu y seguimos los mismos pasos? (II Corintios 12, 18)

  • La gracia de Jesucristo, el Señor, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros. (II Corintios 13, 13)

  • Solamente quiero saber esto de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber aceptado la fe que os anunciaron? (Gálatas 3, 2)

  • ¿Tan insensatos sois que, habiendo comenzado por el Espíritu, termináis en la materia? (Gálatas 3, 3)

  • Pues el que os da el Espíritu y obra milagros en vosotros, ¿lo hace porque cumplís la ley o porque habéis aceptado la fe que os anunciaron? (Gálatas 3, 5)

  • para que la bendición de Abrahán hecha en Cristo Jesús se extendiese a todas las naciones, a fin de que, mediante la fe, recibiésemos el Espíritu prometido. (Gálatas 3, 14)

  • Y como prueba de que sois hijos, Dios ha enviado a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡Abba, Padre! (Gálatas 4, 6)

  • Pero igual que entonces el nacido de un modo natural perseguía al que nació en virtud del Espíritu, así también ahora. (Gálatas 4, 29)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina