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  • Por eso debemos prestar más atención a las enseñanzas recibidas, no sea que marchemos a la deriva. (Hebreos 2, 1)

  • Porque si la palabra promulgada por los ángeles estaba garantizada hasta el punto de que toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo, (Hebreos 2, 2)

  • Por eso, hermanos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de una vocación celeste, considerad al apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos, a Jesús, (Hebreos 3, 1)

  • Por eso, como dice el Espíritu Santo: Hoy, si oís su voz, (Hebreos 3, 7)

  • Por eso me irrité contra aquella generación, y dije: "Su corazón siempre anda extraviado; nunca conocen mis caminos. (Hebreos 3, 10)

  • Y ¿a quién juró él que no entrarían en su descanso sino a aquellos que habían sido desobedientes? (Hebreos 3, 18)

  • Y como, por una parte, es cierto que algunos deben entrar en él, y, por otra, los primeros que recibieron la buena nueva no entraron a causa de su desobediencia, (Hebreos 4, 6)

  • Esforcémonos, pues, por entrar en este reposo, para que nadie sucumba imitando aquel ejemplo de desobediencia. (Hebreos 4, 11)

  • Por eso, dejando aparte la doctrina elemental sobre Cristo, elevémonos a la doctrina perfecta, sin volver a echar los cimientos del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios, (Hebreos 6, 1)

  • Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba nueva de que su decisión era irrevocable, se comprometió con juramento, (Hebreos 6, 17)

  • Por eso es el mediador de una nueva alianza, a fin de que, consiguiendo con su muerte el perdón de los delitos cometidos en el tiempo de la primera alianza, aquellos que son llamados reciban la herencia eterna prometida. (Hebreos 9, 15)

  • Por eso, ni siquiera la primera alianza fue inaugurada sin derramamiento de sangre. (Hebreos 9, 18)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina