Fundar 156 Resultados para: cuidado del prójimo

  • David se levantó de madrugada, dejó las ovejas al cuidado de un pastor, tomó su carga y partió, como se lo había mandado Jesé. Llegó al campamento cuando el ejército salía para tomar posiciones, lanzando gritos de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • Esto dice el Señor: Yo haré surgir el mal de tu propia casa; tomaré ante tus propios ojos a tus mujeres y se las daré a tu prójimo, que se acostará con tus mujeres a plena luz del sol. (II Samuel 12, 11)

  • Cuando alguno peque contra su prójimo y le obliguen a jurar ante tu altar en este templo, (I Reyes 8, 31)

  • Suprimió los caballos consagrados al sol por los reyes de Judá a la entrada del templo del Señor, cerca del aposento cuidado por el eunuco Natanmélec, en el atrio, y quemó el carro del sol. (II Reyes 23, 11)

  • Cuando alguno peque contra su prójimo y le obliguen a jurar ante tu altar en este templo, (II Crónicas 6, 22)

  • Entonces el rey llamó a Yehoyadá, sacerdote jefe, y le dijo: "¿Por qué no has tenido cuidado de que los levitas recojan en Judá y en Jerusalén la contribución impuesta por Moisés, siervo de Dios, a la asamblea de Israel para la tienda de la alianza? (II Crónicas 24, 6)

  • No retengas el salario a tus obreros; dáselo en seguida; si sirves a Dios, recibirás tu recompensa. Ten cuidado con lo que haces y muéstrate correcto en tu conducta. (Tobías 4, 14)

  • El que niega la compasión al prójimo desecha el temor del todopoderoso. (Job 6, 14)

  • Si mi corazón fue seducido por mujer, si aceché a la puerta de mi prójimo, (Job 31, 9)

  • ¿Quién le ha dado el gobierno de la tierra? ¿Quién confió a su cuidado el universo? (Job 34, 13)

  • Oh Dios, unos arrogantes se alzan contra mí, una banda de violentos quiere acabar conmigo, y tú les tienes sin cuidado. (Salmos 86, 14)

  • al que difama a su prójimo en secreto lo aniquilo; al soberbio y al ambicioso no los puedo soportar; (Salmos 101, 5)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina