Fundar 943 Resultados para: ciudad de Hebrón

  • No olvides al levita que vive en tu ciudad, pues él no tiene parte ni herencia como tú. (Deuteronomio 14, 27)

  • Cada tres años separarás la décima parte de los productos de este tercer año y lo depositarás a las puertas de tu ciudad. (Deuteronomio 14, 28)

  • Allí vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia como tú; el inmigrante, el huérfano y la viuda de tu ciudad, y comerán hasta saciarse. Así el Señor, tu Dios, te bendecirá en todas tus empresas. (Deuteronomio 14, 29)

  • Lo comerás en tu ciudad, como se come la gacela o el ciervo; lo podrán comer el puro y el impuro. (Deuteronomio 15, 22)

  • En presencia del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él para hacer habitar su nombre, allí te regocijarás tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tu ciudad. (Deuteronomio 16, 11)

  • llevarás a las puertas de la ciudad al hombre o a la mujer que haya cometido tal delito y los matarás a pedradas. (Deuteronomio 17, 5)

  • Si te encuentras en tu ciudad con una causa difícil, de homicidio, peleas, lesiones u otro litigio cualquiera, irás al lugar elegido por el Señor, tu Dios, (Deuteronomio 17, 8)

  • los ancianos de su ciudad le mandarán prender y le entregarán en manos del vengador de sangre, para que lo mate. (Deuteronomio 19, 12)

  • Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, le brindarás primero la paz. (Deuteronomio 20, 10)

  • Las mujeres, los niños, los ganados y lo que haya en la ciudad, lo tomarás contigo y disfrutarás del botín que el Señor, tu Dios, te haya dado. (Deuteronomio 20, 14)

  • Si para conquistar una ciudad te ves obligado a sitiarla por largo tiempo, no destruyas los árboles a golpe de hacha. Come sus frutos, pero no los tales. ¿Es que son hombres los árboles del campo para que los asedies? (Deuteronomio 20, 19)

  • para localizar la más cercana. Entonces los ancianos de esta ciudad tomarán una becerra que no haya trabajado todavía ni haya sido uncida al yugo, (Deuteronomio 21, 3)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina