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haré pedazos vuestra fuerza orgullosa, haré vuestro cielo duro como el hierro y vuestra tierra dura como el bronce. (Levítico 26, 19)
Pero no dejó a Israel cruzar su territorio. Reunió a todo su pueblo, salió al encuentro de Israel en el desierto, alcanzándolo en Yahás, donde le dio batalla. (Números 21, 23)
Cambiaron de dirección, y subieron camino de Basán. Og, rey de Basán, les salió al encuentro con todo su pueblo y les presentó batalla en Edreí. (Números 21, 33)
Presentaron batalla contra Madián, como el Señor había ordenado a Moisés, y mataron a todos los varones. (Números 31, 7)
el Señor, vuestro Dios, os ha multiplicado de tal manera que hoy sois tan numerosos como las estrellas del cielo. (Deuteronomio 1, 10)
¿Dónde vamos a ir? Nuestros hermanos nos han desanimado al decirnos: Son más numerosos y más fuertes que nosotros; las ciudades son grandes, y sus murallas llegan hasta el cielo. Hemos visto entre ellos incluso descendientes de Anac. (Deuteronomio 1, 28)
Desde hoy empiezo a difundir el terror y el miedo hacia ti entre los pueblos que hay bajo el cielo: todo el que oiga el ruido de tus pasos será presa de terror y de angustia. (Deuteronomio 2, 25)
Sijón salió a nuestro encuentro con toda su gente para darnos batalla en Yahsá. (Deuteronomio 2, 32)
"Partimos y subimos camino de Basán. Og, rey de Basán, nos salió al encuentro con toda su gente para darnos batalla en Edreí. (Deuteronomio 3, 1)
Vosotros os acercasteis y estuvisteis en la falda del monte mientras éste ardía en llamas que llegaban hasta el corazón del cielo: tiniebla, nube y oscuridad. (Deuteronomio 4, 11)
Cuando mires al cielo y veas el sol, la luna, las estrellas y todos los astros del firmamento, no te dejes seducir hasta postrarte ante ellos para rendirles adoración. El Señor, tu Dios, los ha dado en suerte a todos los pueblos que hay bajo los cielos. (Deuteronomio 4, 19)
"Pregunta a los tiempos pasados que te han precedido desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. ¿Desde uno a otro extremo del cielo se ha visto jamás cosa tan grande o se ha oído cosa semejante? (Deuteronomio 4, 32)