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él, en cambio, me ha engañado y me ha mudado el salario diez veces, aunque Dios no le ha permitido hacerme mal. (Génesis 31, 7)
Si maltratas a mis hijas o tomas otras mujeres además de ellas, aunque nadie lo vea, Dios será testigo entre nosotros dos". (Génesis 31, 50)
Cuando el Faraón dejó marchar al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la región de los filisteos, aunque era más corto, pues se dijo: "No sea que se arrepienta al verse atacado y vuelva a Egipto". (Exodo 13, 17)
Si, después de lavado, el sacerdote ve que la mancha no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido más, el objeto es impuro; será echado al fuego, porque está infectado por el derecho y por el revés. (Levítico 13, 55)
Me volveré contra vosotros, y seréis vencidos por vuestros enemigos; éstos os dominarán, y huiréis aunque nadie os persiga. (Levítico 26, 17)
Dos de ellos habían permanecido en el campamento: uno se llamaba Eldad y otro Medad. También sobre ellos se posó el espíritu, ya que pertenecían a los elegidos, aunque no se habían presentado en la tienda, y se pusieron a profetizar en el campamento. (Números 11, 26)
Balaán les respondió: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría traspasar las órdenes del Señor, mi Dios, en cosa alguna, grande o pequeña; (Números 22, 18)
que, aunque me dieras tu casa llena de oro y plata, yo no podría traspasar las órdenes del Señor ni hacer por propia iniciativa cosa alguna, buena o mala, sino que diría fielmente lo que dijera el Señor? (Números 24, 13)
Pero no comeréis los siguientes, aunque sean rumiantes y tengan la pezuña partida: el camello, la liebre y el tejón, porque son rumiantes pero no tienen la pezuña partida; debéis tenerlos por impuros. (Deuteronomio 14, 7)
Si alguno, después de haber oído las palabras de este juramento, se hace ilusiones y dice: Todo me saldrá bien, aunque haga lo que me dé la gana, pues la abundancia de agua apaga la sed, (Deuteronomio 29, 18)
Aunque tus desterrados estuvieran en el confín del cielo, de allí iría a buscarte (Deuteronomio 30, 4)
porque la montaña será vuestra; si es selva, la roturaréis y será vuestra con sus términos, porque vosotros echaréis de allí a los cananeos, aunque tengan carros de hierro y sean fuertes". (Josué 17, 18)