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Lamec, después de haber engendrado a Noé, vivió todavía quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 30)
Lamec vivió en total setecientos setenta y siete años, y murió. (Génesis 5, 31)
La tierra estaba corrompida delante de Dios y toda ella llena de violencia. (Génesis 6, 11)
Dios miró a la tierra, y vio que estaba corrompida, porque todo mortal había corrompido su camino sobre ella. (Génesis 6, 12)
Dios dijo a Noé: "He decidido acabar con todo ser viviente, porque la tierra está llena de violencia por culpa de los hombres. Voy a exterminarlos a todos ellos juntamente con la tierra. (Génesis 6, 13)
Yo voy a enviar sobre la tierra un diluvio de aguas para destruir a todo ser viviente que hay bajo el cielo. Todo cuanto hay sobre la tierra morirá. (Génesis 6, 17)
Noé tenía seiscientos años cuando vino el diluvio sobre la tierra. (Génesis 7, 6)
Noé, con su mujer, sus hijos y las mujeres de sus hijos, entró en el arca para librarse de las aguas del diluvio. (Génesis 7, 7)
Pasados los siete días, las aguas del diluvio cayeron sobre la tierra. (Génesis 7, 10)
El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra; las aguas, siempre en crecida, levantaron en alto el arca, que flotaba sobre las aguas. (Génesis 7, 17)
La paloma, no encontrando dónde posarse, volvió de nuevo al arca, porque las aguas cubrían la superficie de toda la tierra. Noé sacó la mano, la agarró y la metió en el arca. (Génesis 8, 9)
Y por la tarde volvió, trayendo en su pico una rama de olivo. Así conoció Noé que las aguas no cubrían ya la superficie de la tierra. (Génesis 8, 11)
