Fundar 32 Resultados para: Persia

  • Porque somos esclavos, pero nuestro Dios no nos ha desamparado en nuestra esclavitud; antes bien, nos ha granjeado el favor de los reyes de Persia, nos ha dado un respiro para reconstruir el templo de nuestro Dios y restaurar sus ruinas y nos ha procurado un refugio seguro en Judá y en Jerusalén. (Esdras 9, 9)

  • Nabucodonosor, rey de Asiria, envió emisarios a todos los habitantes de Persia y a todos los de las regiones occidentales, a los de Cilicia, Damasco, Líbano y Antilíbano, a todos los del litoral, (Judit 1, 7)

  • Todas las manifestaciones de su poder y de su valor y la descripción de la grandeza a la que elevó a Mardoqueo está escrito en las crónicas de los reyes de Media y Persia. (Ester 10, 2)

  • Llegó a preocuparse seriamente, y decidió personarse en Persia para cobrar los tributos de aquellas provincias y allegar dinero. (I Macabeos 3, 31)

  • Mientras el rey Antíoco recorría las provincias del norte, supo que Elimaida, en Persia, era una ciudad famosa por la abundancia de oro y plata; (I Macabeos 6, 1)

  • Estando todavía en Persia le comunicaron las derrotas de los ejércitos enviados a Judea; (I Macabeos 6, 5)

  • había vuelto de Persia y Media con el ejército que había acompañado al rey, e intentaba hacerse con las riendas del gobierno. (I Macabeos 6, 56)

  • Pero cuando Arsaces, rey de Persia y de Media supo que Demetrio había entrado en su territorio, mandó a uno de sus generales a capturarlo vivo. (I Macabeos 14, 2)

  • Estando en Persia su jefe, con un ejército que se creía invencible, fue despedazado en el templo de Nanea. (II Macabeos 1, 13)

  • Porque cuando nuestros padres eran llevados a Persia, los piadosos sacerdotes de entonces tomaron en secreto el fuego del altar, lo escondieron en una concavidad, como un pozo seco, y lo ocultaron de modo que aquel lugar quedara ignorado de todos. (II Macabeos 1, 19)

  • Al cabo de muchos años, cuando Dios quiso, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó a los descendientes de aquellos sacerdotes que lo habían escondido en busca del fuego. Según ellos nos dijeron, no encontraron fuego, sino un agua muy espesa, y mandó que se la llevaran. (II Macabeos 1, 20)

  • Cuando esto se hizo público y se comunicó al rey de Persia que en el lugar donde los sacerdotes cautivos escondieron el fuego había aparecido agua con la que los compañeros de Nehemías santificaron el sacrificio, aquél, después de comprobar el hecho, hizo (II Macabeos 1, 33)


“Feliz a alma que atinge o nível de perfeição que Deus deseja!” São Padre Pio de Pietrelcina