Fundar 42 Resultados para: Oráculo

  • Oráculo contra Egipto: Ved al Señor que, cabalgando sobre una nube ligera, viene a Egipto. Los ídolos de Egipto tiemblan ante él, y el corazón de los egipcios desfallece en su pecho. (Isaías 19, 1)

  • Oráculo sobre el desierto marítimo: Como huracanes atravesando el Negueb, vienen del desierto, de región espantosa. (Isaías 21, 1)

  • Oráculo sobre Edón: Se me grita desde Seír: Centinela, ¿qué hora es de la noche? Centinela, ¿qué hora es de la noche? (Isaías 21, 11)

  • Oráculo sobre Arabia: Entre las matas de la estepa pernoctáis, caravanas de Dedán. (Isaías 21, 13)

  • Oráculo sobre el valle de la Visión. ¿Qué es lo que tienes para que hayas subido toda entera a los tejados, (Isaías 22, 1)

  • Oráculo sobre Tiro: ¡Ululad, naves de Tarsis, pues está destruida vuestra fortaleza! Al volver de Chipre les llegó la noticia. (Isaías 23, 1)

  • Oráculo sobre las bestias del Negueb: A través de una tierra de tribulación y de angustia, guarida del león y la leona, de la víbora y de la serpiente voladora, llevan a lomos de asnos sus riquezas; en la giba de sus camellos sus tesoros, a un pueblo que de nada les servirá. (Isaías 30, 6)

  • Contéstales: Esto dice el Señor Dios: Este oráculo se refiere al rey de Jerusalén y a toda la casa de Israel que habita en ella. (Ezequiel 12, 10)

  • Tienen visiones falsas y profetizan mentiras los que dicen: ¡Oráculo del Señor!, sin que el Señor los haya mandado, ¡y esperan que se cumpla su palabra! (Ezequiel 13, 6)

  • ¿No es cierto que tenéis visiones falsas y anunciáis presagios mentirosos cuando decís: Oráculo del Señor, siendo así que yo no he hablado? (Ezequiel 13, 7)

  • "Hijo de hombre, vuélvete a la derecha y pronuncia tu oráculo hacia el sur, profetiza contra el bosque de la región del Negueb. (Ezequiel 21, 2)

  • "Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, pronuncia tu oráculo contra su santuario y profetiza contra la tierra de Israel. (Ezequiel 21, 7)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina