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las casas llenas de toda suerte de bienes que tú no llenaste, las cisternas que tú no excavaste, las viñas y olivares que tú no plantaste, cuando hayas comido hasta saciarte, (Deuteronomio 6, 11)
Cuando las vasijas estaban ya llenas, dijo a uno de sus hijos: "Tráeme otra vasija". Pero él respondió: "No hay más vasijas". Y el aceite se terminó. (II Reyes 4, 6)
Ellos se apoderaron de ciudades fortificadas, de una tierra feraz, ocuparon casas llenas de toda clase de bienes, pozos, viñedos, olivares y árboles frutales en abundancia; y comieron, se saciaron, engordaron, se recrearon en la abundancia de tus bienes. (Nehemías 9, 25)
o con los príncipes que poseen oro y tienen llenas de plata sus moradas. (Job 3, 15)
Me preparas una mesa ante mis enemigos, perfumas con ungüento mi cabeza y me llenas la copa a rebosar. (Salmos 23, 5)
en su interior no hay más que corrupción, sus calles están llenas de opresión y de estafa. (Salmos 55, 12)
Ante tus prodigios tiemblan todos los habitantes de la tierra, tú llenas de alegría las regiones de oriente y occidente. (Salmos 65, 9)
cuando me embargan mil preocupaciones, tú me llenas de serenidad y de consuelo. (Salmos 94, 19)
Cuando las nubes están llenas de lluvia, sobre la tierra la vierten; y si un árbol cae al sur o al norte, el árbol queda en el lugar donde cae. (Eclesiastés 11, 3)
Yo extendí como terebinto mis ramas, y mis ramas están llenas de gracia y de majestad. (Eclesiástico 24, 16)
Cuando extendéis las manos, aparto mis ojos de vosotros; aunque multipliquéis vuestras plegarias, no las escucho. Vuestras manos están llenas de sangre. (Isaías 1, 15)
Porque están llenas de sangre las aguas de Dimón, y aún más añadiré a Dimón: un león sobre los escapados de Moab y sobre los que queden en el país. (Isaías 15, 9)