Fundar 43 Resultados para: Holofernes

  • Holofernes replicó: "Si se te acaban tus provisiones, ¿cómo nos arreglaremos para procurarte otras, pues no hay entre nosotros nadie de tu raza?". (Judit 12, 3)

  • Había pedido a Holofernes: "Ordena, señor mío, que me permitan salir para la oración". (Judit 12, 6)

  • Y Holofernes lo había ordenado a sus guardias. Permaneció tres días en el campo, y cada noche marchaba al valle de Betulia y se lavaba en la fuente, junto al cuerpo de guardia. (Judit 12, 7)

  • El cuarto día Holofernes ofreció un banquete sólo a sus servidores, sin invitar a ninguno de sus oficiales. (Judit 12, 10)

  • Ella se levantó, se puso un vestido de gala y sus adornos femeninos. Iba delante su doncella, que extendió en el suelo, junto a Holofernes, las pieles que Bagoas le había entregado para su uso diario, para comer recostada sobre ellas. (Judit 12, 15)

  • Judit entró y se sentó. Holofernes sintió una fuerte pasión por ella y un ardiente deseo de poseerla; desde que la había visto aguardaba el momento de seducirla. (Judit 12, 16)

  • Holofernes le decía: "¡Bebe y alégrate con nosotros!". (Judit 12, 17)

  • Holofernes estaba encantado de tenerla cerca, y bebió tal cantidad de vino cual no había bebido en ninguno de los días de su vida. (Judit 12, 20)

  • Solamente quedó Judit en la tienda con Holofernes, el cual, completamente borracho, estaba tumbado en la cama. (Judit 13, 2)

  • Se acercó al poste que había sobre la cabeza de Holofernes, y tomó su alfanje. (Judit 13, 6)

  • Envolvió luego el cuerpo con la ropa de la cama y quitó las cortinas de las columnas. Salió aprisa y entregó la cabeza de Holofernes a su doncella, (Judit 13, 9)

  • Sacó la cabeza de las alforjas, se la mostró y dijo: "Aquí está la cabeza de Holofernes, general del ejército asirio. Aquí están también las colgaduras bajo las que dormía borracho. El Señor le dio un golpe mortal por mano de una mujer. (Judit 13, 15)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina