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  • Por tanto, esto dice el Señor: Vosotros no me habéis escuchado, concediendo cada uno la libertad a su propio hermano, a su prójimo. Pues bien, yo también -dice el Señor- voy a proclamar contra vosotros la libertad de la espada, la peste y el hambre. Os convertiré en objeto de horror para todos los reinos de la tierra. (Jeremías 34, 17)

  • "Esto dice el Señor: El que se quede en la ciudad morirá a espada, de hambre y de peste; pero el que se entregue a los caldeos vivirá. Su propia vida será su botín; sí, vivirá. (Jeremías 38, 2)

  • "Oh rey, mi señor, mal han procedido todos esos hombres en todo lo que han hecho al profeta Jeremías. Lo han echado en la cisterna, donde va a morir de hambre, pues ya no hay pan en la ciudad". (Jeremías 38, 9)

  • si decís: ¡No!, nos iremos a Egipto, donde no veamos más la guerra, ni oigamos el sonido de la trompeta, ni suframos más hambre, allí nos instalaremos, (Jeremías 42, 14)

  • la espada que tanto teméis os alcanzará en Egipto, y el hambre que tanto os preocupa os perseguirá en Egipto y allí moriréis. (Jeremías 42, 16)

  • Sí, todos aquellos que se obstinen en marchar a Egipto para vivir allí morirán a espada, de hambre y de peste; ninguno de ellos sobrevivirá, ninguno podrá escapar a la desgracia que yo mandaré sobre ellos. (Jeremías 42, 17)

  • Por tanto, sabed bien que moriréis a espada, de hambre y de peste en el lugar a donde queréis ir a vivir". (Jeremías 42, 22)

  • Tomaré a los supervivientes de Judá, los que se obstinaron en venir a vivir a Egipto, y perecerán todos en la tierra de Egipto. Caerán a espada, morirán de hambre, desde el más pequeño al mayor; a espada y de hambre morirán, y serán objeto de execración, de horror, de maldición, de oprobio. (Jeremías 44, 12)

  • Castigaré a los que viven en Egipto, como castigué a Jerusalén, con la espada, el hambre y la peste. (Jeremías 44, 13)

  • Pero desde que hemos dejado de quemar incienso y de hacer ofrendas de vino a la reina del cielo, carecemos de todo y por la espada y el hambre nos hemos consumido. (Jeremías 44, 18)

  • Voy a montar guardia sobre ellos para su daño y no para su bien, y todos los hombres de Judá que están en Egipto perecerán por la espada y el hambre hasta quedar completamente exterminados, (Jeremías 44, 27)

  • El día nueve del mes cuarto, debido al hambre que se apoderaba de la ciudad y a la falta de víveres para la población, (Jeremías 52, 6)


“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina