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Pues esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Como se derramó mi furor y mi indignación sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre vosotros si marcháis a Egipto. Seréis objeto de execración, de horror, de maldición, de oprobio y de vergüenza, y no volveréis a ver más este lugar". (Jeremías 42, 18)
El Señor os dice a vosotros, supervivientes de Judá: No vayáis a Egipto. Tened bien en cuenta que yo os lo he advertido hoy solemnemente. (Jeremías 42, 19)
Azarías, hijo de Maasías; Juan, hijo de Carej, y todos los hombres altivos y rebeldes dijeron a Jeremías: "Tú nos dices mentira. No ha sido el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decir: No vayáis a Egipto para vivir allí, (Jeremías 43, 2)
y entraron en Egipto, desobedeciendo así la voz del Señor, y llegaron hasta Tafnis. (Jeremías 43, 7)
Vendrá y herirá a la tierra de Egipto. ¡A quien esté destinado a la peste, la peste; a quien al cautiverio, cautiverio; a quien a la espada, espada! (Jeremías 43, 11)
Prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, quemará a los dioses o los deportará; espulgará el país de Egipto como un pastor espulga su capa; y luego se marchará sano y salvo. (Jeremías 43, 12)
Ésta es la palabra dirigida a Jeremías acerca de todos los judíos que vivían en Egipto, con residencia en Migdol, Tafnis, Nof, así como en la región de Patrós. (Jeremías 44, 1)
porque me irritáis con las obras de vuestras manos, quemando incienso a dioses extraños en Egipto, adonde habéis venido a vivir, fraguando así vuestro exterminio y convirtiéndoos en maldición y oprobio ante todas las naciones de la tierra. (Jeremías 44, 8)
Tomaré a los supervivientes de Judá, los que se obstinaron en venir a vivir a Egipto, y perecerán todos en la tierra de Egipto. Caerán a espada, morirán de hambre, desde el más pequeño al mayor; a espada y de hambre morirán, y serán objeto de execración, de horror, de maldición, de oprobio. (Jeremías 44, 12)
Castigaré a los que viven en Egipto, como castigué a Jerusalén, con la espada, el hambre y la peste. (Jeremías 44, 13)
No escapará ninguno de los supervivientes de Judá que se han venido a vivir a Egipto; ni uno solo quedará que vuelva al país de Judá, donde tanto desean volver a vivir; no volverán, salvo unos pocos fugitivos. (Jeremías 44, 14)
Entonces todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a dioses extranjeros, y todas las mujeres que estaban presentes -una gran asamblea-, así como todo el pueblo que habitaba en la tierra de Egipto, en Patrós, respondieron a Jeremías: (Jeremías 44, 15)