Fundar 59 Resultados para: �Acuérdate

  • Acuérdate de mí cuando te llegue ese día; sé bueno conmigo y háblale al Faraón de mí para que me saque de esta cárcel. (Génesis 40, 14)

  • Acuérdate del día del sábado para santificarlo. (Exodo 20, 8)

  • Acuérdate de Abrahán, de Isaac y de Jacob, tus siervos, a quienes juraste por ti mismo diciendo: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo y toda esta tierra, de que os he hablado, se la daré a vuestra descendencia en posesión perpetua". (Exodo 32, 13)

  • Acuérdate de que tú fuiste siervo también en Egipto y de que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por eso el Señor, tu Dios, te manda guardar el sábado. (Deuteronomio 5, 15)

  • no las temas; acuérdate de lo que el Señor, tu Dios, hizo con el Faraón y con todo Egipto; (Deuteronomio 7, 18)

  • Acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos. (Deuteronomio 8, 2)

  • Acuérdate del Señor, tu Dios: es él quien te ha dado esta fuerza y te ha procurado este poder, cumpliendo así hasta el día de hoy la alianza que hizo con tus padres. (Deuteronomio 8, 18)

  • Acuérdate no lo olvides: tú irritaste al Señor, tu Dios, en el desierto; desde el día en que saliste de Egipto hasta el día de vuestra entrada en este lugar habéis sido rebeldes al Señor. (Deuteronomio 9, 7)

  • Acuérdate de tus siervos Abrahán, Isaac y Jacob. No te fijes en la terquedad de este pueblo, en su crimen y en su pecado, (Deuteronomio 9, 27)

  • Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto y pon en práctica cuidadosamente estos mandamientos. (Deuteronomio 16, 12)

  • Acuérdate que fuiste esclavo en Egipto. Por eso te ordeno que cumplas esta ley. (Deuteronomio 24, 22)

  • Entonces Sansón invocó al Señor así: "Señor, Señor, te lo suplico, acuérdate de mí. Dame las fuerzas tan sólo una vez más, y de un solo golpe me vengaré de todos los filisteos por la pérdida de mis ojos". (Jueces 16, 28)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina