Fundar 128 Resultados para: muchas
Extiende tu mano desde lo alto, sálvame, líbrame de las muchas aguas, de la mano de los hijos de extranjeros, (Salmos 144, 7)
Suscitó muchas guerras, se apoderó de plazas fuertes y dio muerte a reyes de la tierra. (I Macabeos 1, 2)
Acércate, pues, el primero y cumple la orden del rey, como la han cumplido todas las naciones, los notables de Judá y los que han quedado en Jerusalén. Entonces tú y tus hijos seréis contados entre los amigos del rey, y os veréis honrados, tú y tus hijos, con plata, oro y muchas dádivas.» (I Macabeos 2, 18)
Judas se volvió entonces al campamento para saquearlo. Recogieron mucho oro y plata, telas teñidas en púrpura marina, y muchas otras riquezas. (I Macabeos 4, 23)
Os descargaremos de muchas obligaciones y os concederemos favores. (I Macabeos 10, 28)
El rey de Egipto reunió fuerzas numerosas como las arenas que hay a orillas del mar y muchas naves. Intentaba hacerse por astucia con el reino de Alejandro y unirlo al suyo. (I Macabeos 11, 1)
A nosotros, en cambio, nos han rodeado muchas tribulaciones y guerras, pues nos hemos visto atacados por los reyes vecinos. (I Macabeos 12, 13)
y quiero desembarcar en el país para encontrarme con los que lo han arruinado y han devastado muchas ciudades de mi reino, (I Macabeos 15, 4)
Habéis devastado sus territorios, causado graves daños en el país y os habéis adueñado de muchas localidades de mi reino. (I Macabeos 15, 29)
Simón llamó entonces a sus dos hijos mayores, Judas y Juan, y les dijo: «Mis hermanos y yo y la casa de mi padre hemos combatido a los enemigos de Israel desde nuestra juventud hasta el día de hoy y llevamos muchas veces a feliz término la liberación de Israel; (I Macabeos 16, 2)
Mientras el sumo sacerdote ofrecía el sacrificio de expiación, se aparecieron otra vez a Heliodoro los mismos jóvenes, vestidos con la misma indumentaria y en pie le dijeron: «Da muchas gracias al sumo sacerdote Onías, pues por él te concede el Señor la gracia de vivir; (II Macabeos 3, 33)
dándome cuenta además de que los soberanos de alrededor, vecinos al reino, acechan las oportunidades y aguardan lo que pueda suceder, he nombrado rey a mi hijo Antíoco, a quien muchas veces, al recorrer las satrapías altas, os he confiado y recomendado a gran parte de vosotros. A él le he escrito lo que sigue. (II Macabeos 9, 25)