Fundar 53 Resultados para: Abner

  • Hubo aquel día una batalla durísima y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados por los veteranos de David. (II Samuel 2, 17)

  • Asahel marchó en persecución de Abner, sin desviarse en su carrera tras de Abner ni a la derecha ni a la izquierda. (II Samuel 2, 19)

  • Se volvió Abner y dijo: «¿Eres tú Asahel?» Respondió: «Yo soy.» (II Samuel 2, 20)

  • Abner le dijo: «Apártate a la derecha o a la izquierda. Atrapa a uno de esos muchachos y apodérate de sus despojos.» Pero Asahel no quiso apartarse. (II Samuel 2, 21)

  • Insistió de nuevo Abner diciendo a Asahel: «¡Apártate de mí! ¿Por qué he de derribarte en tierra? ¿Cómo podré alzar la vista ante tu hermano Joab?» (II Samuel 2, 22)

  • Pero no quiso apartarse y Abner le hirió en el vientre con el cuento de la lanza, saliéndole la lanza por detrás. Cayó y allí mismo murió. Todos cuantos llegaban al lugar donde Asahel cayó y murió se detenían. (II Samuel 2, 23)

  • Joab y Abisay partieron en persecución de Abner; cuando el sol se ponía llegaron a la colina de Ammá que está al oriente de Giaj, sobre el camino del desierto de Gabaón. (II Samuel 2, 24)

  • Los benjaminitas se agruparon tras de Abner en escuadrón cerrado y aguantaron a pie firme en la cumbre de una colina. (II Samuel 2, 25)

  • Abner llamó a Joab y le dijo: «¿Hasta cuándo devorará la espada? ¿No sabes que, al cabo, todo será amargura? ¿ Hasta cuándo esperas a decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?» (II Samuel 2, 26)

  • Abner y sus hombres marcharon toda la noche por la Arabá, pasaron el Jordán y, después de caminar toda la mañana, llegaron a Majanáyim. (II Samuel 2, 29)

  • Joab se volvió de la persecución de Abner y reunió todo el ejército; de los veteranos de David faltaban diecinueve hombres, además de Asahel. (II Samuel 2, 30)

  • Los veteranos de David mataron de Benjamín y de los hombres de Abner 360 hombres. (II Samuel 2, 31)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina