Fundar 303 Resultados para: ningún

  • El Señor solo lo condujo, no había a su lado ningún dios extranjero. (Deuteronomio 32, 12)

  • Los guerreros, por su parte, marchaban delante de los sacerdotes que tocaban las trompetas, mientras que la retaguardia iba detrás del Arca. Y en ningún momento se dejó de tocar las trompetas. (Josué 6, 9)

  • Pero Josué dio esta orden al pueblo: "No lancen ningún grito de guerra ni dejen oír sus voces; que no salga de la boca de ustedes ninguna palabra, hasta que yo les diga: ‘¡Griten!’. Sólo entonces gritarán". (Josué 6, 10)

  • Los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno delante del Arca del Señor, avanzaban sin dejar de tocar las trompetas; los guerreros marchaban delante de ellos, y la retaguardia iba detrás del Arca del Señor. En ningún momento se dejó de tocar las trompetas. (Josué 6, 13)

  • Los que habían tendido la emboscada también salieron de la ciudad para atacarlos, de manera que la gente de Ai quedó atrapada en medio de los israelitas, que avanzaban unos por un lado y otros por el otro. Así los derrotaron sin dejar ningún sobreviviente o fugitivo. (Josué 8, 22)

  • Mientras tanto, Horám, rey de Guézer, subió en ayuda de Laquís; pero Josué lo derrotó, a él y a su ejército, hasta no dejar ningún sobreviviente. (Josué 10, 33)

  • El Señor los puso en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón -la Grande- y hasta Misrefort Maim; y por la parte oriental, hasta el valle de Mispá. La derrota que les infligió Israel fue tal que no dejaron ningún sobreviviente. (Josué 11, 8)

  • Los hijos de José, por su parte, habían formado dos tribus: la de Efraím y la de Manasés; pero a los levitas no se les dio ningún territorio dentro del país, sino solamente algunas ciudades de residencia, con los correspondientes campos de pastoreo para su ganado y sus rebaños. (Josué 14, 4)

  • Al cabo de los dos meses regresó, y su padre cumplió con ella el voto que había hecho. La joven no había tenido relaciones con ningún hombre. De allí procede una costumbre, que se hizo común en Israel: (Jueces 11, 39)

  • La mujer se puso a llorar en brazos de Sansón, y le dijo: "Tú no sientes ningún cariño por mí. Has propuesto una adivinanza a mis compatriotas, y no has querido darme la solución". "No se la di a mi padre ni a mi madre, le respondió él, ¿y te la voy a dar a ti?". (Jueces 14, 16)

  • Por eso preguntaron: "¿Hay alguna entre las tribus de Israel que no ha subido a presentarse ante el Señor en Mispá?". Y resultó que ningún hombre de Iabés de Galaad había venido al campamento para la asamblea. (Jueces 21, 8)

  • En efecto, cuando se pasó revista al pueblo, vieron que allí no había ningún habitante de Iabés de Galaad. (Jueces 21, 9)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina