Fundar 118 Resultados para: Escuchen

  • A la casa real de Judá: ¡Escuchen la palabra del Señor! (Jeremías 21, 11)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: No escuchen las palabras de los profetas que profetizan para ustedes: no hacen más que ilusionarlos, lo que dicen son visiones de su imaginación, no lo que sale de la boca del Señor. (Jeremías 23, 16)

  • ¡Escuchen el clamor de los pastores, el gemido de los encargados del rebaño, porque el Señor devasta sus pastizales, (Jeremías 25, 36)

  • Tal vez escuchen y se conviertan de su mal camino; entonces yo me arrepentiré del mal que pienso hacerles a causa de la maldad de sus acciones. (Jeremías 26, 3)

  • Y ahora, enmienden su conducta y sus acciones, y escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal con que los ha amenazado. (Jeremías 26, 13)

  • No escuchen entonces a sus profetas, a sus adivinos, a sus oniromantes, a sus astrólogos y a sus hechiceros, que les dicen: "¡Ustedes no servirán al rey de Babilonia!". (Jeremías 27, 9)

  • No escuchen las palabras de los profetas que les dicen: "¡Ustedes no servirán al rey de Babilonia!" Porque es falso lo que ellos les profetizan. (Jeremías 27, 14)

  • A los sacerdotes y a todo el pueblo, les hablé en estos términos: Así habla el Señor: No escuchen las palabras de los profetas que les profetizan diciendo: "Los objetos de la Casa del Señor serán traídos ahora de Babilonia, y muy pronto". Porque es mentira lo que ellos profetizan para ustedes. (Jeremías 27, 16)

  • Porque así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: No se dejen engañar por los profetas que están en medio de ustedes, ni por sus adivinos; no escuchen los sueños que ellos sueñan, (Jeremías 29, 8)

  • En cuanto a ustedes, todos los deportados que yo envié de Jerusalén a Babilonia, escuchen la palabra del Señor. (Jeremías 29, 20)

  • ¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor, anúncienla en las costas más lejanas! Digan: "El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo cuidará como un pastor a su rebaño". (Jeremías 31, 10)

  • Así habla el Señor: ¡Escuchen! En Ramá se oyen lamentos, llantos de amargura: es Raquel que llora a sus hijos; ella no quiere ser consolada, porque ya no existen. (Jeremías 31, 15)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina