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  • Pero, ¿será posible que Dios viva en medio de los hombres? Si los cielos invisibles no pueden contenerte, ¿cómo permanecerás en esta Casa que yo te he contruido? (1 Reyes 8, 27)

  • ¿En qué te confías? ¿Acaso crees que las palabras valen la sabiduría y pueden reemplazar la fuerza en el combate? ¿En quién te apoyas para rebelarte contra mí? (2 Reyes 18, 20)

  • Pero ¿quién será capaz de construirle una Casa, cuando los cielos y los Cielos de los cielos no pueden contenerlo? ¿Y por qué le edificaría yo una Casa, sino solamente para quemar incienso en su presencia? (2 Crónicas 2, 5)

  • Pero ¿es que verdaderamente habitará Dios con los hombres sobre la tierra? Si los cielos y los Cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta casa que yo te he construido! (2 Crónicas 6, 18)

  • Ahora bien, esto mismo pueden ustedes comprobarlo no sólo examinando los acontecimientos históricos que hemos mencionado, sino, principalmente, viendo cómo a su alrededor esa peste de gobernadores indignos cometen toda clase de abusos. (Ester 16, 7)

  • desbarata los planes de los astutos, y aunque quieran no pueden reponerse. (Job 5, 12)

  • hace cosas tan grandes que son insondables, y maravillas que no pueden contarse. (Job 9, 10)

  • Los salteadores viven tranquilos en sus casas, pueden provocar a Dios con toda seguridad, se lo han echado al bolsillo. (Job 12, 6)

  • El árbol tiene una esperanza: pues, si es cortado, aún pueden salirle renuevos, que seguirán brotando. (Job 14, 7)

  • ¿Se pueden acaso contar sus tropas? ¿Sobre quién su luz no se levanta? (Job 25, 3)

  • no se fija en que un pie puede aplastarlos y los animales del campo pueden abrirlos. (Job 39, 15)

  • Se vuelve tan feroz apenas lo despiertan, que no pueden hacerle frente. (Job 41, 2)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina