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  • Los hijos de José que nacieron en Egipto, fueron dos. Total de personas de la familia de Jacob que entraron en Egipto. Setenta. (Génesis 46, 27)

  • Después dijo José a sus hermanos y a toda la familia de su padre: «Voy ahora mismo a anunciar a Faraón que mis hermanos y la familia de mi padre, que vivían en tierra de Canaán, acaban de llegar. (Génesis 46, 31)

  • Y José proveyó lo necesario para vivir a su padre, a sus hermanos y a toda la familia de su padre, teniendo en cuenta el número de sus dependientes. (Génesis 47, 12)

  • Entonces José dijo al pueblo: «Ya ven que los he comprado a ustedes y sus tierras para Faraón. Aquí tienen semillas: siembren la tierra. (Génesis 47, 23)

  • Cuando llegue el tiempo de la cosecha, darán la quinta parte a Faraón y las otras cuatro partes restantes serán para ustedes, como semillas de siembra, y como alimento para ustedes, su familia y los que estén en su casa.» (Génesis 47, 24)

  • Israel se negó y le dijo: «Lo sé, hijo mío, lo sé. Él también se hará pueblo, también él llegará a ser grande, pero su hermano menor será más grande que él y su descendencia formará un familia de pueblos.» (Génesis 48, 19)

  • Subió José a sepultar a su padre y subieron también con él todos los oficiales de Faraón, los principales de su familia y todos los jefes de Egipto, (Génesis 50, 7)

  • así como toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su padre. Tan sólo dejaron en el país de Gosén a sus niños, sus rebaños y demás animales. (Génesis 50, 8)

  • José permaneció en Egipto junto con toda la familia de su padre. Murió a la edad de ciento diez años. (Génesis 50, 22)

  • Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron con Jacob a Egipto, cada uno con su familia: (Exodo 1, 1)

  • Yavé dijo: «He visto la humillación de mi pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos, (Exodo 3, 7)

  • Aarón hablará por ti igual que un profeta habla por su Dios, y tú, con este bastón en la mano, harás milagros.» (Exodo 4, 17)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina