Fundar 120 Resultados para: mesa

  • En cuanto a los dos reyes, no pensarán más que en hacerse daño, y aun sentados a la misma mesa tratarán de engañarse. Pero nada lograrán, pues habrá todavía un plazo antes del momento fijado (Daniel 11, 27)

  • Ellos estaban tranquilos, porque se habían hecho una entrada secreta debajo de la mesa y por ahí penetraban siempre y venían a comerse las ofrendas. (Daniel 14, 12)

  • En cuanto abrieron la puerta, el rey echó una mirada a la mesa y gritó en alta voz: «¡Grande eres, Bel, y en ti no hay engaño!» (Daniel 14, 18)

  • Se enojó muchísimo y mandó detener a los sacerdotes con sus mujeres y sus hijos. Ellos le mostraron entonces las puertas secretas por las que entraban a apoderarse de lo que había en la mesa. (Daniel 14, 21)

  • Miren, ustedes presentan sobre mi altar alimentos impuros. Ustedes seguramente replicarán: «¿En qué te hemos profanado?» Lo han hecho cuando han pensado que la mesa de Yavé no merece respeto. (Malaquías 1, 7)

  • Ustedes, mientras tanto, profanan mi Nombre cuando dicen: «La mesa del Señor está sucia y su comida no es muy rica.» (Malaquías 1, 12)

  • Yo se lo digo: vendrán muchos del oriente y del occidente para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, (Evangelio según San Mateo 8, 11)

  • Como Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gente pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus discípulos. (Evangelio según San Mateo 9, 10)

  • La mujer contestó: «Es verdad, Señor, pero también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.» (Evangelio según San Mateo 15, 27)

  • Después entró el rey para conocer a los que estaban sentados a la mesa, y vio un hombre que no se había puesto el traje de fiesta. (Evangelio según San Mateo 22, 11)

  • Se acercó a él una mujer mientras estaba a la mesa, con un frasco de mármol precioso lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza. (Evangelio según San Mateo 26, 7)

  • Llegada la tarde, Jesús se sentó a la mesa con los Doce. (Evangelio según San Mateo 26, 20)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina