Fundar 120 Resultados para: mesa

  • Porque ¿quién es más importante: el que está a la mesa o el que está sirviendo? El que está sentado, por supuesto. Y sin embargo yo estoy entre ustedes como el que sirve. (Evangelio según San Lucas 22, 27)

  • Ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi Reino, y se sentarán en tronos para gobernar a las doce tribus de Israel. (Evangelio según San Lucas 22, 30)

  • Y esto sucedió. Mientras estaba en la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, (Evangelio según San Lucas 24, 30)

  • Entonces se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. (Evangelio según San Juan 13, 4)

  • Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? (Evangelio según San Juan 13, 12)

  • Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba recostado junto a él en la mesa, (Evangelio según San Juan 13, 23)

  • Ninguno de los que estaban a la mesa comprendió por qué Jesús se lo decía. (Evangelio según San Juan 13, 28)

  • Los había llevado a su casa; allí preparó la mesa e hicieron fiesta con todos los suyos por haber creído en Dios. (Hecho de los Apóstoles 16, 34)

  • Si uno de ellos te ve a ti, con tu buen conocimiento, sentado a la mesa en un salón del templo, su conciencia poco formada se dejará arrrastrar y comerá también él esa carne. (1º Carta a los Corintios 8, 10)

  • No pueden beber al mismo tiempo de la copa del Señor y de la copa de los demonios ni pueden tener parte en la mesa del Señor y en la mesa de los demonios. (1º Carta a los Corintios 10, 21)

  • Una primera habitación fue destinada para el candelabro y la mesa con los panes ofrecidos; esta parte se llama el Lugar Santo. (Carta a los Hebreos 9, 2)

  • Nosotros tenemos una mesa sagrada en la cual no pueden sentarse los que todavía sirven en el Templo. (Carta a los Hebreos 13, 10)


“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina