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  • Las fieras huyen a sus guaridas y permanecen en sus refugios. (Job 37, 8)

  • mira de frente a los más insolentes, es rey de todas las fieras.» (Job 41, 26)

  • No entregues a las fieras el alma que te da gracias, no olvides para siempre la vida de tus pobres. (Salmos 74, 19)

  • Arrojaron los cuerpos de tus siervos como carroña a las aves de rapiña y la carne de tus fieles, a las fieras. (Salmos 79, 2)

  • Tú traes las tinieblas y es de noche, en que rodan todas las fieras de la selva; (Salmos 104, 20)

  • Ofrecía además igualar con los atenienses a aquellos judíos a los cuales había negado sepultura y que habían de ser arrojados junto con sus hijos a las fieras. Había saqueado el Templo y profanado el lugar sagrado. (2 Macabeos 9, 15)

  • Por ocho días, celebraron con alegría la fiesta, de la misma manera que se celebra la fiesta de las Chozas, recordando cómo, poco tiempo antes, por esa misma fecha, andaban escondiéndose en los cerros y cuevas, como si fueran fieras. (2 Macabeos 10, 6)

  • Todos a una voz bendijeron entonces a Dios misericordioso y sintieron enardecerse sus ánimos, dispuestos no sólo a acometer a hombres, sino aun a las fieras más salvajes y a murallas de hierro. (2 Macabeos 11, 9)

  • las diferentes especies y el comportamiento de las fieras salvajes, el poder de los espíritus y los problemas de los hombres, la variedad de las plantas y las propiedades de sus raíces. (Sabiduría 7, 20)

  • Sin duda, habrías podido aplastar a los impíos por medio de los justos a través de una batalla, o aniquilarlos de un solo golpe por medio de fieras terribles o con una sola palabra salida de ti. (Sabiduría 12, 9)

  • Esa gente adora hasta a las fieras más repugnantes (porque de hecho son más estúpidas que las demás). (Sabiduría 15, 18)

  • Incluso cuando fieras feroces se apoderaron furiosamente de los tuyos y cuando éstos sucumbieron por la mordedura de serpientes venenosas, tu cólera no duró hasta el final. (Sabiduría 16, 5)


“Jesus e a sua alma devem cultivar a vinha de comum acordo.” São Padre Pio de Pietrelcina