Fundar 121 Resultados para: caballos

  • Desencadené sobre ustedes una peste parecida a la de Egipto; masacré por la espada a sus jóvenes y se llevaron a todos sus caballos; hice que subiera hasta sus narices la hediondez de sus muertos en combate. Y ustedes, sin embargo, no volvieron a mí -palabra de Yavé. (Amós 4, 10)

  • ¿Galopan por las rocas los caballos o se ara el mar con bueyes, para que ustedes cambien en veneno el derecho o en ajenjo las sentencias del tribunal? (Amós 6, 12)

  • Prepara el carro con sus caballos, tú que vives en Laquis, pues por tu culpa empezó a pecar la hija de Sión, ya que tú le enseñaste el mal que se cometía en Israel. (Miqueas 1, 13)

  • Aquel día, dice Yavé, te sacaré tus caballos y destruiré tus carros, (Miqueas 5, 9)

  • Chasquido de látigo, estrépito de ruedas, caballos que galopan, carros que saltan, (Nahún 3, 2)

  • Sus caballos son más rápidos que las panteras, más tenaces que los lobos de la estepa; (Habacuc 1, 8)

  • ¿Contra quién, oh Yavé, se enciende tu ira? ¿Es tu cólera en contra de los ríos o estás enfurecido con el mar, para que andes montado en tus caballos, de pie sobre tus carros victoriosos? (Habacuc 3, 8)

  • Tus caballos han atravesado la mar, las olas que se agitan con violencia. (Habacuc 3, 15)

  • Derribaré los tronos de los reyes y destruiré el poderío de las naciones. Volcaré al carro con su conductor; rodarán por el suelo los caballos y sus jinetes. Se matarán unos a otros. (Ageo 2, 22)

  • «He tenido una visión esta noche: Había un hombre montado en un caballo rojo que estaba entre medio de los arrayanes, de raíces muy profundas. Lo seguían caballos rojos, alazanes, negros y blancos.» Yo entonces pregunté «¿Qué son éstos, Señor?» (Zacarías 1, 8)

  • El primer carro iba tirado por caballos rojos, (Zacarías 6, 2)

  • el segundo por caballos negros, el tercero por caballos blancos, y el cuarto por caballos overos. (Zacarías 6, 3)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina