Fundar 121 Resultados para: caballos

  • Los caballos de Salomón venían de Cilicia. (1 Reyes 10, 28)

  • Dijo, pues, Ajab a Abdías: «Ven, vamos a recorrer el país por todas sus fuentes y todos sus torrentes para ver si encontramos algo de hierba para mantener los caballos y mulos sin que tengamos que suprimir el ganado.» (1 Reyes 18, 5)

  • Cuando hayas reunido un ejército semejante al que perdiste, con otros tantos carros y caballos, los atacaremos en la llanura; veremos entonces quién es más fuerte.» El rey escuchó sus consejos y así lo hizo. (1 Reyes 20, 25)

  • Y preguntó a Josafat: «¿Quieres venir conmigo para atacar a Ramot de Galaad?» Josafat respondió al rey de Israel: «Somos los dos una misma cosa, y una misma cosa son tu pueblo y el mío, tus caballos y los míos.» (1 Reyes 22, 4)

  • Mientras caminaban conversando, un carro de fuego con caballos de fuego se colocó entre ellos, y Elías subió al cielo en un remolino. (2 Reyes 2, 11)

  • También mandó a decir a Josafat, rey de Judá: «El rey de Moab se ha rebelado contra mí, ¿quieres venir conmigo a pelear contra Moab?» Josafat le respondió: «Iré contigo, pues yo y tú somos uno solo; mis hombres y mis caballos están a tu disposición.» (2 Reyes 3, 7)

  • Naamán, pues, llegó con su carro y sus caballos, y se detuvo ante la casa de Eliseo. (2 Reyes 5, 9)

  • Mandó, pues, allí, carros, caballos y una fuerte tropa que llegaron de noche y cercaron la ciudad. (2 Reyes 6, 14)

  • Al día siguiente, el muchacho del hombre de Dios se levantó temprano para salir, y vio a los arameos que rodeaban la ciudad, con sus carros y caballos. Entonces dijo a Eliseo: «Ay, mi señor, ¿qué vamos a hacer?» (2 Reyes 6, 15)

  • Oró Eliseo y dijo: «Yavé, abre sus ojos para que vea.» Abrió Yavé los ojos del muchacho y vio el cerro lleno de caballos y carros de fuego en torno a Eliseo. (2 Reyes 6, 17)

  • Miren lo que el Señor había hecho: los arameos habían oído ruido de carros y caballos como de un gran ejército. Y habían pensado: «El rey de Israel ha mandado dinero a los reyes de los heteos y de los musritas para que vengan a atacarnos.» (2 Reyes 7, 6)

  • Se habían retirado, pues, al anochecer, para salvarse, abandonando sus tiendas de campaña, caballos y burros, dejando el campamento tal como estaba. (2 Reyes 7, 7)


“Seja paciente e espere com confiança o tempo do Senhor”. São Padre Pio de Pietrelcina