Salmos, 35
19. Que no se rían los que me odian sin razón, ni se guiñen el ojo, pues no tienen excusas.
19. Que no se rían los que me odian sin razón, ni se guiñen el ojo, pues no tienen excusas.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina