2. Del maestro de coro. Salmo. De David.

2. Escucha, oh Dios, mi voz cuando me quejo, me amenaza el enemigo, guarda mi vida;

3. Escucha, oh Dios, la voz de mi gemido, del terror del enemigo guarda mi vida;

3. escóndeme del complot de los malvados y de las maniobras de los criminales.

4. ocúltame a la pandilla de malvados, a la turba de los agentes de mal.

4. Afilaron sus lenguas como espada, tienen sus flechas, palabras de amenaza,

5. Los que afilan su lengua como espada, su flecha apuntan, palabra envenenada,

5. que tiran a ocultas contra el inocente, las lanzan de improviso y sin miedo.

6. para tirar a escondidas contra el íntegro, le tiran de improviso y nada temen.

6. Se animan entre sí para hacer el mal, estudian cómo disimular la trampa y dicen: "¿Quién verá

7. Se envalentonan en su acción malvada, calculan para tender lazos ocultos, dicen: «¿Quién lo observará

7. o quién descubrirá nuestros secretos?" Los sacará a la luz el que escudriña el fondo del hombre, lo profundo del ser.

8. y escrutará nuestros secretos?» El los escruta, aquel que escruta lo íntimo del hombre, el corazón profundo.

8. Pero Dios les lanza sus flechas, y se ven heridos de repente.

9. Una saeta ha tirado Dios, repentinas han sido sus heridas;

9. Sus propias palabras los hicieron caer y los que los ven los miran sin piedad.

10. les ha hecho caer por causa de su lengua, menean la cabeza todos los que los ven.

10. Cada cual entonces empieza a temer, dice en voz alta que es obra de Dios, y comprende su acción .

11. Todo hombre temerá. anunciará la obra de Dios y su acción comprenderá.

11. El justo se alegrará en el Señor y en él confiará; se congratularán todos los de recto corazón.





“A oração é a efusão de nosso coração no de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina