Salmos, 91
15. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.
15. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.
El Salmo 91 se conoce como un salmo de protección y seguridad, donde el salmista declara su confianza en Dios como refugio y fortaleza. Menciona protección divina contra enfermedades, desastres naturales, peligros nocturnos y ataques enemigos. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este salmo:
Salmo 121:7-8: "El Señor te mantendrá de todo mal; mantendrá tu vida. El Señor mantendrá tu partida y tu entrada de ahora y para siempre". Este versículo enfatiza la protección divina constante en todo momento de la vida.
Proverbios 18:10: "El nombre del Señor es una torre fuerte; el justo se escapa hacia ella y está a salvo". Este versículo destaca el nombre de Dios como fuente de seguridad y protección.
Mateo 4:6-7: "Si eres el Hijo de Dios, tírate desde aquí; porque está escrito, a tus ángeles darás órdenes sobre ti; y te sostendrán en tus manos, que nunca tropezarás con en cualquier piedra. "" Jesús Jesús: también está escrito, no probarás al Señor tu Dios ". Este pasaje bíblico muestra la tentación de Satanás a Jesús para probar su confianza en Dios y su resistencia a la tentación.
2 Timoteo 4:18: "Y el Señor me librará de cada malvado trabajo y me llevará salvado a su reino celestial. Para él, sea gloria para siempre. ¡Amén!" Este versículo enfatiza la protección divina contra las obras malvadas y la promesa de la vida eterna en el reino celestial.
Hebreos 13:5-6: "Sé tu vida exenta de la codicia, contenta con lo que tienes; porque él mismo dijo, no te dejaré, ni te ayudaré. Así que déjanos decir con confianza: el Señor es mi ayuda , no, me temeré; ¿qué puede hacerme el hombre? " Este versículo destaca la confianza en Dios como fuente de seguridad y la necesidad de evitar la codicia y el amor por el dinero.
“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina
