2. Te alabaré, Señor, porque me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios.

3. Señor, Dios mío, clamé a ti y tu me sanaste.

4. Señor, me has sacado de la tumba, me iba a la fosa y me has vuelto a la vida.

5. Que sus fieles canten al Señor, y den gracias a su Nombre santo.

6. Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría.

7. Cuando me iba bien, decía entre mí: "Nada jamás me perturbará".

8. Por tu favor, Señor, yo me mantenía como plantado en montes poderosos; apenas escondiste tu rostro, vacilé.

9. A ti clamé, Señor, a mi Dios supliqué.

10. "¿Qué ganas si me muero y me bajan al hoyo? ¿Podrá cantar el polvo tu alabanza o pregonar tu fidelidad?

11. ¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; sé, Señor, mi socorro!

12. Tu has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría.

13. Así mi corazón te cantará sin callarse jamás ¡Señor, mi Dios, por siempre te alabaré!





“Lembre-se de que você tem no Céu não somente um pai, mas também uma Mãe”. São Padre Pio de Pietrelcina