Salmos, 5
5. Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo.
5. Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo.
El Salmo 5 es una oración de David en busca de protección divina y orientación ante sus enemigos. Él llama a la justicia de Dios y confía en su fidelidad. Los siguientes son cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este salmo:
Salmo 7:10: "Mi escudo está en Dios, que salva las rectas del corazón". David confía en la protección de Dios como un escudo contra sus enemigos y afirma que aquellos que son directamente de corazón son salvados por él.
Salmo 9:7: "Pero el Señor está entronizado para siempre; ha preparado su trono para juzgar". David grita por la justicia de Dios y cree que está sentado en su trono para juzgar correctamente.
Salmo 18:2: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi liberador; mi Dios es mi roca, en quien me refugio. Él es mi escudo y el poder que me salva, mi torre". David expresa su confianza en Dios como su roca, fortaleza y liberadora, así como su escudo y protector.
Salmo 27:1: "El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es mi refugio y mi fortaleza; confiaré en él". David reconoce a Dios como su luz, salvación y refugio seguro, en quien confía sin miedo.
Salmo 55:22: "Entregue su camino hacia el Señor, confíe en él, y lo máximo hará". David alienta a otros a confiar en Dios, dándole sus caminos y preocupaciones, confiando en que hará lo mejor.
“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina