Salmos, 28
3. No me arrebates con los impíos, ni con los agentes de mal, que hablan de paz a su vecino, mas la maldad está en su corazón.
3. No me arrebates con los impíos, ni con los agentes de mal, que hablan de paz a su vecino, mas la maldad está en su corazón.
“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina