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Cuando Joab vio que había dos frentes de batalla, uno delante de él y otro detrás, seleccionó a lo más escogido de Israel y los alineó frente a los arameos, (I Crónicas 19, 10)
y Joab dijo: "Si los arameos son más fuertes que yo, tú vendrás en mi ayuda; y si los amonitas son más fuertes que tú, yo iré a auxiliarte. (I Crónicas 19, 12)
Luego Joab avanzó con sus tropas para enfrentarse con los arameos y estos huyeron delante de él. (I Crónicas 19, 14)
Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huido, también ellos huyeron delante de Abisai, el hermano de Joab, y entraron en la ciudad. Joab, por su parte, se volvió a Jerusalén. (I Crónicas 19, 15)
Al comenzar el año, en la época en que los reyes salen de campaña, Joab condujo el grueso del ejército y arrasó el país de los amonitas. Luego puso sitio a Rabá, mientras David permanecía en Jerusalén. Cuando Joab expugnó y destruyó a Rabá, (I Crónicas 20, 1)
David dijo a Joab y a los jefes del pueblo: "Vayan a hacer el recuento de Israel, desde Berseba hasta Dan, y tráiganme el resultado para que sepa cuántos son". (I Crónicas 21, 2)
Joab respondió: "¡Que el Señor multiplique a su pueblo cien veces más! Pero, rey y señor mío, ¿no son todos ellos tus servidores? ¿Por qué entonces mi señor hace esto? ¿Por qué cargar con una culpa a Israel?". (I Crónicas 21, 3)
Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre el parecer de Joab, y este salió a recorrer todo Israel. Luego volvió a Jerusalén (I Crónicas 21, 4)
Pero Joab no incluyó en el censo ni a Leví ni a Benjamín, porque consideraba abominable la orden del rey. (I Crónicas 21, 6)
Y lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl, hijo de Quis, Abner, hijo de Ner, y Joab, hijo de Seruiá, en una palabra, todas las cosas sagradas estaban bajo la custodia de Selomit y sus hermanos. (I Crónicas 26, 28)
El cuarto, el del cuarto mes, era Asahel, hermano de Joab, y le sucedió su hijo Zebadías: su división tenía 24.000 hombres. (I Crónicas 27, 7)
Joab, hijo de Seruiá, había comenzado a hacer el censo, pero no lo terminó, porque a causa de él, la ira del Señor se descargó sobre Israel. Por eso el resultado del censo no figura en el libro de las Crónicas del rey David. (I Crónicas 27, 24)
