2. Piedad de mí, oh Dios, piedad de mí, pues en ti se refugia el alma mía, a la sombra de tus alas me cobijo hasta que haya pasado la tormenta.

3. Yo clamo al Dios Altísimo, al Dios que de mí cuida.

4. Que del cielo mande alguien a salvarme de las manos de aquellos que me acosan; envíe Dios su gracia y su verdad.

5. Yo duermo rodeado de leones, que devoran a los hijos de los hombres, sus dientes son lanzas y flechas, su lengua es una espada acerada.

6. Muéstrate, oh Dios, por encima de los cielos, y que brille tu luz en toda la tierra.

7. Habían tendido un lazo en mi camino, allí querían que cayera; ante mí cavaron una trampa pero ellos cayeron dentro.

8. Oh Dios, mi corazón está dispuesto, mi corazón está atento, quiero cantar y tocar para ti.

9. Despiértate, corazón mío, despiértense arpas y cítaras, que quiero a la aurora despertar.

10. Te alabaré, Señor, entre los pueblos, te cantaré en todas las provincias,

11. pues tu amor está a la altura de los cielos y tu verdad se eleva hasta las nubes.

12. Muéstrate, oh Dios, por encima de los cielos, y que brille tu gloria en toda la tierra.





“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina